Srta Glezh: Reinventarse o morir
Cuatro palabras para describir cómo nos recibió Siurana: VAYA MIERDA DE DÍA
SIURANA DE PRADES
Lunes, 4 de noviembre del 2013
He de decir que él conoce bastante bien los alrededores pues, como se diría en catalán, li encanta tombar, esto significa que le gusta ir de aquí para allá. Cree que es importante conocerse, y cuando dice esto no lo dice en el sentido espiritual, se refiere a conocer bien tu entorno. A mí, simplemente, me fascina. Así que yo dejo que proponga y me sorprenda.

Cada lunes desde hace un mes, si no hace mal tiempo y podemos, mi pareja y yo cogemos la mochila y nos vamos a la aventura.
Nuestra primera excursión fue Siurana, Prades y l'Avenc de la Febró. Aun así, hoy me limitaré a hablaros de Siurana, o Siurana de Prades, un pueblo de la provincia de Tarragona. Es un agregado del municipio de Cornudella, en la parte más baja del Priorato.
Cuando llegamos no imaginábamos que nos sorprendería el viento y la lluvia, pero así fue. Ni tan siquiera hicimos el esfuerzo de sacar el paraguas porque sabíamos que iba a ser inútil contra el viento que arreciaba. Visitamos el pueblo, el cual es muy pequeño y, mientras notábamos como caían las gotas, observamos en silencio el paisaje que se hallaba ante nosotros:
Antes de recorrer el pueblo por última vez e irnos, decidimos parar en un bar y esperar a que amainara un poco...
... Y es aquí, cobijados en un bar de esos pequeños pero acogedores, que en apariencia parece ajeno a las modernidades del siglo XXI, donde os explicaré una historia de Siurana, la leyenda del Salto de la Reina Mora, en el cual puede preciarse una hendidura.
"Cuenta la leyenda que Siurana era el dominio de la reina Abd-el-azia, la cual destaba por su gran belleza. Los cristianos, que eran liderados por el señor de Tarragona Amat de Claramunt, al verse ya hasta impotentes de no lograr conquistar la población, decidieron acudir a las artimañas de un traidor judío, el cual les ofreció la entrada al castillo.

Para empezar debería haberos comentado que Siurana se asenta sobre un enorme peñón de roca caliza y que le rodea el torrente del Estopiña, lo que hizo que pudieramos disfrutar de lo lindo contemplando el río Siurana y su embalse.
No es de extrañar que en 1961 fuese declarado paraje pintoresco...
Entre sus paisajes naturales destacan formaciones rocosas como la peña gemela de la Siuranella, el Salto de la Reina Mora o la Trona y los acantalidos de Arbolí, los cuales son frecuentados por aficionados a la escalada.
Flanquean Siurana la Sierra de Montsant y picos como el de Gritella y Gallicant.

Acantilados de Arbolí
Se puede visitar la iglesia de Santa María, edificio románico de una sola planta y que pertenece al s. XII.
Si os soy sincera, nosotros no entramos porque había que pagar para tener luz, y es algo a lo que no estaba muy dispuesta.
Me repatea un poco que de todo intenten hacer negocio.
Aunque no hicimos fotos, también hay unos vestigios árabes, comos los restos del castillo del walí Almira Alemoni, y es que Siurana fue el último reino de taifa en ser reconquistado de toda Cataluña, en 1153.

Nuestra idea inicial era ir a Siurana y comer al aire libre. Con el tiempo que hacía quedó descartado de inmediato.
Se nos ocurrió la posibilidad de comer en el refugio que se encuentra en la Mussara, pero corríamos el riesgo de que estuviese cerrado. Decidimos que lo mejor sería ir hasta Prades y comer allí.

Los cristianos penetraron y, mientras mataban a diestro y sieniestro a casi todos los habitantes de Siurana, nuestra bella Abd-el-azia, reina mora, se lo pasaba en grande en una fiesta que estaba dando en una de las salas de palacio.
No hace falta decir que se sentía muy segura en la fortificación de su castillo.
La cosa cambió cuando una flecha entró por la ventana clavándose en la mesa. A nuestra bella reina la envolvió el pánico y, al saberse así vencida, decidió que antes que le mataran los cristianos, se mataba ella. Y así fue. Se subió a su caballo blanco y se dirigió a todo correr hacía el precipicio más cercano.
Mientras los cristianos la perseguían, Abd-el-azia tapó los ojos a su caballo para que no se detuviera al ver el precipicio, pero el caballo intuyó el peligro e intentó frenar, en vano, clavando sus patas en el suelo, dejando así la huella de su herradura en la roca.
Hay quien prefiere discrepar (y aquí me imagino la típica reunión de ancianos opinando sobre algo) y decir que no, que esas marcas son debidas al impulso que tomó antes de saltar, tó' valiente el caballo.
Y los que ya quieren ir más allá y hacer la escena más picante e imaginarla a cámara lenta, dicen que la reina estaba bañandose

cuando vio la ciudad siendo atacada. Que salió desnuda del agua y desesperada, sin cubrirse ni nada, montó en su caballo para, con sus encantos botando en el aire, arrojarse por el precipicio más cercano"
Nos acabamos nuestros refrescos, y pusimos rumbo a Prades...